Bendito, alabado, adorado y glorificado
sea Jesus en el Santisimo Sacramento de la Eucaristia.
Sea para siempre Bendito alabado y
adorado
BENDITO
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la Incomparable Madre de Dios la Santísima Virgen María.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su casto esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
ADORACIÓN
AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
"VENID
A ADORAR A CRISTO"
Puesto
que Cristo mismo está presente en el sacramento del Altar es preciso honrarlo
con culto de adoración. "La visita al Santísimo Sacramento es una prueba
de gratitud, un signo de amor y un deber de adoración hacia Cristo, nuestro
Señor"
La
celebración y adoración de la Eucaristía nos permiten acercarnos al amor de
Dios y adherir-nos personalmente a él hasta unirnos con el Señor amado. El
ofrecimiento de nuestra vida, la comunión con toda la comunidad de los
creyentes y la solidaridad con cada hombre, son aspectos imprescindibles del
culto espiritual, santo y agradable a Dios (cf. Rm 12,1) en el que toda nuestra
realidad humana concreta se transforma para su gloria.
(Padre
BENEDICTO XVI)
ADORACIÓN
AL SANTÍSIMO SACRAMENTO:
Santísima
Virgen, Madre de Dios y Madre mía: Medianera de todas las gracias, a ti debo la
gracia de estar yo aquí en presencia de tu Divino Hijo. Pongo a tus pies mi
pobre oración para que Jesús la reciba como venida de tus propias manos, y así,
mis ruegos sean agradables a sus divinos ojos. San José, primer adorador de
Dios, Humanado, intercede por mí!
ACTOS
DE ADORACIÓN
Respuesta:
¡TE ADORO JESÚS MÍO!
Vengo,
Jesús mío, a visitarte. Te adoro en el Sacramento de tu amor.
Te
adoro en todos los Sagrarios del mundo.
Te
adoro, sobre todo, en donde estás más abandonado y eres más ofendido.
Te
ofrezco todos los actos de adoración que has recibido desde la institución de
este sacramento y recibirás hasta el fin de los siglos.
Te
ofrezco principalmente las adoraciones de tu Santa Madre, de San José y de las
almas más enamoradas de la Eucaristía.
Gloria
al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y
siempre y por los siglos de los siglos. Amén
Ángel
de mi Guarda, vé y visita en mi Nombre todos los Sagrarios del Mundo. Di a
Jesús muchas cosas que yo no sé decirle, y pídele su bendición para mí.
ACTOS
DE FE:
Respuesta:
¡JESÚS MÍO, YO CREO EN TÍ!
Creo,
Jesús mío, que eres el Hijo de Dios vivo, que has venido a salvarnos.
Creo
que estás presente en el augusto Sacramento del Altar.
Creo
que estás por amor a mí en el Sagrario, noche y día.
Creo
que has de permanecer con nosotros hasta que se acabe el mundo.
Creo
que bendices a los que te visitan y que atiendes los ruegos de tus adoradores.
Creo
que eres el Viático de los moribundos que te aman, para llevarlos al Cielo.
Creo
en Ti, y creo por los que no creen.
COMUNIÓN
ESPIRITUAL
Señor
Jesús, creo firmemente que estás en el Santísimo Sacramento. Te adoro como Dios
verdadero, aquí oculto. Por mis pecados te pido perdón. Y porque te amo sobre
todas las cosas, deseo recibirte espiritualmente en este momento.
Habiéndome
unido a Tí, te doy gracias y me someto eternamente a tu Santa Voluntad.
ACTOS
DE ESPERANZA
Respuesta: ¡EN TÍ CONFÍO, SEÑOR!
Espero
en Tí, Jesús mío, porque eres mi Dios, que me has creado para el Cielo.
Espero
en Tí, porque todo lo he recibido de tu bondad.
Sólo
lo malo es mío.
Espero
en Tí, porque eres mi Redentor.
Espero
en Tí, porque eres mi Hermano y me has comunicado tu Filiación Divina.
Espero
en Tí, porque eres mi Abogado e intercedes por mí ante Dios Padre.
Espero
en Tí, porque eres mi Intercesor constantemente en la Eucaristía.
Espero
en Tí, porque me has conquistado el Cielo con tu Pasión y Muerte.
Espero
en Tí, porque reparas mis deudas.
Espero
en Tí, porque eres el verdadero Tesoro de las almas.
Espero
en Tí, porque eres tan bueno, que me pides que confíe en Tí.
Espero
en Tí, porque siempre me atiendes y me consuelas, y nunca has defraudado mi
esperanza. Sagrado Corazón de Jesús, en Tí confío
ACTOS
DE CARIDAD
Respuesta:¡JESÚS MÍO, YO TE AMO!
Te
amo, Jesús mío, y te amo con todo mi corazón y como a nadie.
Porque
Tú me amas infinitamente.
Porque
Tú me has amado desde la eternidad.
Porque
Tú has muerto para salvarme.
Porque
Tú me amas tanto que no podrías amarme más.
Porque
me haces participante de tu Divinidad y quieres que lo sea también de tu
Gloria.
Porque
te entregas del todo a mí en la Comunión.
Porque
me das en manjar tu Cuerpo y en bebida tu Sangre.
Porque
estás siempre por amor a mí en la Santa Eucaristía.
Porque
me recibes siempre y nunca me rechazas.
Porque
eres mi mejor Amigo.
Porque
me colmas de tus dones.
Porque
me tratas siempre con misericordia a pesar de mis pecados e ingratitudes.
Porque
me has enseñado que Dios es mi Padre y que me amas mucho.
Porque
me has dado por Madre a tu propia Madre.
Dulce
Corazón de Jesús, haz que te ame cada día más.
Dulce
Corazón de Jesús, sé mi Amor.
Te
amo por los que no te aman;
Te
amo por los que nunca piensan en Tí;
Te
amo por los que no te visitan;
Te
amo por los que te ofenden e injurian.
¡Qué
pena por todo esto!
Te
amo y te digo con aquél tu siervo: "¡Oh, Jesús, yo me entrego a Tí para
unirme al amor eterno, inmenso e infinito que tienes a tu Padre Celestial! ¡Oh,
Padre Adorable! Te ofrezco todo el amor eterno, inmenso e infinito de tu amado
Hijo Jesús". (San Juan Eudes.)
ACTOS
DE GRATITUD
Respuesta: ¡GRACIAS, SEÑOR, POR TODOS TUS
BENEFICIOS!
¡Oh,
Jesús, te doy gracias por los beneficios que me has concedido!
Yo
no sabré nunca apreciarlos si no en el Cielo, y allí te los agradeceré
eternamente.
Padre
Celestial, te los agradezco por tu Santísimo Hijo Jesús.
Espíritu
Santo, que me inspiras estos sentimientos, a Tí sea dado todo honor y toda
gloria.
Jesús
mío, te doy gracias, sobre todo, por haberme redimido.
Por
haberme hecho cristiano, mediante el Santo Bautismo,cuyas promesas renuevo.
Por
haberme dado por Madre a tu propia Madre.
Por
haberme dado un gran amor a tanta tierna Madre.
Por
haberme dado por protector a San José, tu padre adoptivo.
Por
haberme dado el Angel de mi Guarda.
Por
haberme conservado hasta ahora la vida para
hacer
penitencia.
Por
tener estos deseos de amarte, de vivir y morir en tu Gracia.
ACTOS
DE CONTRICIÓN
Respuesta:¡JESÚS
MÍO, MISERICORDIA!
Jesús
mío, te pido perdón por los muchos pecados que he cometido durante mi vida.
Por
los de mi niñez y adolescencia.
Por
los de mi juventud.
Por
los de mi edad adulta.
Por
los que recuerdo y no recuerdo.
Por
lo mucho que te he ofendido por ellos.
Por
lo mal que me he portado contigo.
Siento
mucho el haber pecado.
R:
¡PERDÓNAME, SEÑOR JESÚS!
Perdóname
según tu gran misericordia.
Perdóname
por lo ingrato que he sido para Tí.
Perdóname
y no quieras acordarte ya de mis pecados.
Perdóname
y limpia mi alma de tanta miseria e infidelidad.
Perdóname
y ten misericordia de este pobre pecador.
Perdóname,
que estoy muy arrepentido.
Perdóname,
que quiero ser bueno en adelante con tu gracia.
Perdóname,
y aparta tu rostro de mis ingratitudes.
Perdóname,
que me causan mucho dolor mis pecados.
Perdóname,
porque me reconozco pecador.
Perdóname,
porque no obstante, Tú sabes que te
quiero
mucho.
Jesús,
sé mi Salvador. María, Madre mía, intercede por mí ante tu Divino Hijo Jesús.
Dulce
corazón de María, sé mi salvación.
ACTOS
DE SÚPLICA
Respuesta:¡TE
RUEGO, JESÚS MÍO!
Que
no me dejes, porque me perderé.
Que
me persevere siempre en tu Amor.
Que
estés siempre conmigo, sobre todo cuando esté en peligro de pecar y en la hora
de mi muerte.
Que
jamás permitas que me aparte de Tí.
Que
sepa padecer con resignación por Tí.
Que
no me preocupe si no de amarte.
Que
ame también a mi prójimo.
Que
ame mucho a los pecadores.
Que
ame mucho a los necesitados y a los enfermos.
Te
ruego, Jesús mío, que ampares: a tu Santa Iglesia al Romano Pontífice, tu
Vicario visible en la Tierra.
A
los Obispos y sacerdotes.
A
los Religiosos y Religiosas
A
los que mandan en tu nombre.
A
nuestra querida Nación.
A
mis amados familiares y allegados.
Te
ruego: Que favorezcas a los que ruegan por mí. Que bendigas a los que me traten
con indiferencia o no me quieran. Que trabaje mucho por Tí, hasta mi muerte.
Que
me concedas una muerte santa.
Que
diga al morir: ¡Jesús, María, salvad el alma mía! Que me lleves al Cielo cuando
muera.
Amén.
VISITA
A JESÚS SACRAMENTADO
Señor
mío Jesucristo, que por amor a los hombres, estás día y noche en este
Sacramento lleno de piedad y de amor, llamando y recibiendo a todos los que
vienen a Ti. Creo que estás presente en el Pan Consagrado oculto en éste
humilde Sagrario. Te adoro desde el abismo de mi nada y te doy gracias por todo
lo que Tú me has dado;
-
te doy gracias de un modo especial, por haberte dado Tú mismo a mí en este
Sacramento;
-
te doy gracias por haberme dado por Madre espiritual a tu propia Madre;
-
Te doy gracias por haberme llamado a tu Presencia para estar ahora aquí, junto
a Ti.
Adoro
tu Divino Corazón; De quien proceden tus amorosos dones; y desde aquí quiero
adorarte en tu presencia Eucarística, que envuelve toda la tierra.
Jesús
mío, te amo de todo corazón; Me arrepiento de haberte ofendido. Prometo serte
fiel en adelante;
-
Y... miserable como soy Me consagro todo a Tí: Te entrego mi voluntad, mis
afectos, mis pensamientos, y todas mis cosas;
-
Haz lo que quieras de mí y de todo lo mío;
Sólo
te pido y deseo tu infinito amor, y tu ayuda para cumplir siempre la voluntad
de Dios y perseverar así hasta el final de mi vida.
Amado
Salvador mío, uno mi corazón a tu Corazón, y así reunidos los ofrezco al Eterno
Padre, en amorosa oblación y entrega total. Amén.
San
Alfonso María de Ligorio
SAGRADO CORAZON DE JESUS
Sagrado Corazón de Jesús
En vos confío
CULTO PERPETUO DE ADORACION AL CORAZON DE JESUS
CONSAGRACIÓN.(
para todos los días)
Te
saludamos, Corazón admirable de Jesús, te glorificamos, te bendecimos, te damos
gracias, te ofrecemos nuestro Corazón, te lo entregamos y consagramos. Recíbelo
y poséelo entero; purifícalo, ilumínalo y santifícalo, a fin de que vivas y
reines en el perpetuamente, amén
DIA
DOMINGOCULTO DE ADORACION
Señor Jesucristo, en unión contigo,
deseamos adorar a Dios, nuestro Padre, en nombre de toda la creación. Queremos
hoy, manifestarle públicamente nuestra adoración filial, en especial durante la
asamblea de nuestra comunidad religiosa (parroquial). En unión con María, te
rogamos sobre todo por los que no conocen a Dios y por los que se han olvidado
de su amor.
Corazón de Jesús, templo santo de
Dios, ten piedad de nosotros.
ACTO DE
CONFIANZA
SAGRADO CORAZÓN DE
JESÚS.
EN VOS CONFÍO ( 3
VECES)
Corazón de Jesús,
manso y humilde de corazón..
…… haced el mío
semejante al vuestro
Dulce Corazón de
María.
Sed la salvación mía
LUNES
CULTO
DE AMOR
Señor Jesucristo, enséñanos a ser
bondadosos y humildes de corazón para amar a nuestros hermanos como Tú nos
amas, y para transformar toda nuestra vida en una continua entrega al servicio
de nuestra comunidad (familia).
En unión con la Virgen, nuestra Madre,
te rogamos en especial por el Papa, los obispos, los sacerdotes y los
misioneros, que tienen la vocación de unir a todos los hombres en el amor.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de
amor, ten piedad de nosotros.
ACTO DE
CONFIANZA
MARTESCULTO
DE AGRADECIMIENTO
Señor Jesucristo, unidos a Ti,
queremos dar gracias al Padre por el don de la fe y por tantos favores que nos
brinda cada día.
Danos la sencillez de un niño para
reconocer las maravillas que Dios hizo en nosotros, y para vivir en la alegría
de los redimidos.
Queremos hoy, renovar nuestra
fidelidad a los compromisos de nuestro Bautismo. Como la Virgen en su
Magnificat y en unión con ella, queremos
anunciar las glorias de Dios por medio
de nuestro apostolado.
Te damos gracias por todos los que
trabajan al servicio de la Iglesia, y te rogamos para que su vida sea siempre
un testimonio vivo de la fe.
Corazón de Jesús, de cuya plenitud
todos hemos recibido, ten piedad de nosotros.
ACTO DE
CONFIANZA……..
MIERCOLESCULTO DE
ESPERANZA
Señor Jesucristo, esperamos en Ti que
eres el Camino, la Verdad, y la Vida.
Ayúdanos a llevar a todos los hombres
un mensaje de esperanza, principalmente a quienes buscan el sentido de la vida
y a los que sufren condiciones de vida inhumanas.
Queremos hoy, aceptar con paciencia
los sufrimientos morales y físicos que se nos presentan, para purificar
nuestras almas y avanzar en el camino de la santidad.
En unión con la Virgen de los Dolores,
te rogamos por los moribundos, los enfermos, los oprimidos y desamparados, para
que tengan fortaleza de espíritu y sepan transformar sus dolores en
instrumentos de liberación.
Corazón de Jesús, salvación de los que
en Ti esperan, ten piedad de nosotros.
ACTO DE
CONFIANZA…………..
JUEVESCULTO DE
ORACION
Señor Jesucristo, recordando tu
invitación a orar sin cesar, nos unimos a tu oración sacerdotal, para ofrecerte
este día con sus alegrías y penas, sus trabajos y descansos, y para
transformarlo todo en una oración continua a nuestro Padre.
Queremos hoy, fortalecer nuestra fe y
comunicarla a quienes ponen su confianza en las vanidades del mundo,
despreciando el valor de la oración. Como la Virgen te expresamos nuestra
confianza, y en unión con ella, te rogamos por la gran familia cristiana, para
que sepa apreciar mejor el valor de la oración.
Corazón de Jesús, rico para todos los
que te invocan, ten piedad de nosotros
ACTO DE
CONFIANZA………..
VIERNESCULTO DE
JUSTICIA
Señor Jesucristo, contemplando tu
corazón abierto por la lanza, deseamos “completar en nuestra carne lo que falta
a tu Pasión”.
Danos la valentía de reparar nuestras
propias injusticias y las de nuestros hermanos.
Queremos hoy, reconocer las
injusticias que se cometen en nuestra comunidad (familia), y luchar por la
liberación de todos los hijos de Dios.
En unión con nuestra Señora del
Sagrado Corazón te rogamos por nosotros que somos pecadores, para que sepamos
salir de nuestros egoísmos y buscar la felicidad de nuestros hermanos.
Corazón de Jesús, fuente de la
justicia y del amor, ten piedad de nosotros.
ACTO DE
CONFIANZA……….
SABADOCULTO DE UNION
Señor Jesucristo, hacemos nuestra tu
oración al Padre para que seamos UNO en el Espíritu Santo, y que el mundo
reconozca que Dios está en medio de nuestra comunidad (familia).
Ayúdanos a fortalecer la unión entre
nosotros.
Queremos hoy, superar toda discordia y
reconciliarnos con nuestros hermanos, por medio de verdaderos gestos de
amistad.
En unión con la Virgen, nuestra Madre,
te rogamos por las comunidades (familias) cristianas, para que vivan como
hermanos en la unidad de tu amor.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación
nuestra, ten piedad de nosotros.
Mayo mes consagrado a la Santísima Virgen María,
nuestra Parroquia presenta en este mes a nuestra Madre este Jardín consagrado a
ella en acción de gracias.
Presentamos a los peregrinos que nos visitan
este imagen rodeada con el jardín dedicado a nuestra madre
María es madre de la Iglesia y de cada uno de sus
miembros por designio divino. Jesús, desde la cruz, nos dio a María como Madre:
"Jesús, habiendo visto a su Madre, le dice:
Mujer, he ahí a tu hijo!.
Luego dice al discípulo: He ahí a tu Madre!". Y
desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa. (Jn 19, 26-27)
Juan representa a todos los que, como el, desean ser
el "discípulo amado" de Jesús. Como el, llevamos a María a nuestra
casa. Ver: "He ahí a tu madre" 'Juan Pablo II
María Santísima es verdaderamente madre nuestra. Ella
nos engendra continuamente a la vida sobrenatural. Ella como madre intercede
continuamente por nosotros ante su Hijo. Ella siempre nos indica el camino a
Cristo y nos concede las gracias necesarias para andar.
La Virgen María fue solemnemente proclamada como
"Madre de la Iglesia" en el Concilio Vaticano II el 21 de nov. de
1964.
La Iglesia celebraba la festividad de la Presentación
de la Stma. Virgen María. Era el día de la clausura de la tercera etapa del
Concilio Vat. II, y en esa ocasión se iban a promulgar tres Documentos
Conciliares: el decreto sobre las Iglesias Orientales Católica; el decreto
sobre el Ecumenismo; y sobre todo, la Constitución Dogmática sobre la Iglesia
"Lumen Gentium".
El estudio y la reflexión que el CVII hizo sobre el
misterio de María en el plan de salvación, no fue promulgado en un documento
propio y particular, sino que providencialmente, bajo la inspiración del ES,
fue integrado como el último capítulo de la Constitución sobre la Iglesia.
Este capitulo VIII, cuyo título es: "La Stma. Virgen María, Madre
de Dios, en el misterio de Cristo y de la Iglesia" fue llamado por Pablo
VI "vértice y corona" de esa Constitución. Fue la primera vez que un
concilio Ecuménico presentó una "extensa síntesis de la doctrina católica
sobre el puesto que María Stma. ocupa en el misterio de Cristo y de la
Iglesia" (Pablo VI)
El propósito del Concilio fue manifestar el rostro de
la Santa Iglesia, a la que María esta íntimamente unida, y de la cual ella es
"la parte mayor, la parte mejor, la parte principal y mas selecta"
(S. Ruperto).
Pablo VI, a nombre de toda la Iglesia, expresó una
profunda satisfacción al decir: "podemos afirmar que esta sesión se
clausura como himno incomparable de alabanza en honor de María".
Texto de proclamación
"En verdad la realidad de la Iglesia no se agota
en su estructura jerárquica, en su liturgia, en sus sacramentos, ni en sus
ordenanzas jurídicas. Su esencia íntima, la principal fuente de su eficacia
santificadora, ha de buscarse en su mística unión con Cristo; unión que no
podemos pensarla separada de Aquella, que es la Madre del Verbo Encarnado, y
que Cristo mismo quiso tan íntimamente unida a si para nuestra salvación.
Así ha de encuadrarse en la visión de la Iglesia la
contemplación amorosa de las maravillas que Dios ha obrado en su Santa Madre. Y
el conocimiento de la doctrina verdadera católica sobre María será siempre la
llave de la exacta comprensión del misterio de Cristo y de la Iglesia.
La reflexión sobre estas estrechas relaciones de María
con la Iglesia, tan claramente establecidas por la actual Constitución
Conciliar (LG), nos permite creer que es este el momento mas solemne y mas
apropiado para dar satisfacción a un voto que han dado todos los padres
conciliares, pidiendo insistentemente una declaración explícita durante este
Concilio de la función maternal que la Virgen ejerce sobre el pueblo cristiano.
Así pues, para GLORIA DE LA VIRGEN Y CONSUELO NUESTRO,
PROCLAMAMOS A MARÍA SANTÍSIMA "MADRE DE LA IGLESIA", es decir, Madre
de todo el pueblo de Dios, tanto de los fieles como de los pastores que la
llaman Madre amorosa y queremos que de ahora en adelante sea honrada e invocada
por todo el pueblo cristiano con este GRATÍSIMO TITULO.
La divina maternidad es el fundamento de su especial
relación con Cristo y de su presencia en la economía de la salvación operada
por Cristo, y también constituye el fundamento principal de las relaciones de
María con la Iglesia, por ser Madre de Aquel que, desde el primer instante de
la encarnación en su seno virginal, se constituyo en cabeza de su Cuerpo
Místico, que es la Iglesia. María, pues, como MADRE DE CRISTO, ES TAMBIÉN,
MADRE DE LA IGLESIA.
Juan XXIII: al iniciar el Concilio dijo: "hagamos
todo con María, la madre de Jesús. Pablo VI, concluye el concilio proclamando:
La maternidad espiritual de María, sobre la Iglesia entera.
-María es la "raíz" del misterio de Cristo:
pues es la Madre de Cristo. -María la "coronación del misterio de la
Iglesia: es Madre de la Iglesia.
Notemos que el Sumo Pontífice hizo gran énfasis en su proclamación al referirse
tres veces: "tanto de los fieles, como de los pastores".
Recordemos que toda piedad y culto a la Virgen
Santísima se desarrollan en subordinación armónica al culto de Cristo, gira
alrededor de él y es su punto de referencia.
Esta proclamación sobre la doble misión de María se ha
transformado en gozosa veneración a Ella y en adoración hacia el sabio designio
de Dios, que ha colocado en su Familia- la Iglesia- como en todo hogar
doméstico, la figura de una Mujer, que calladamente y en espíritu de servicio,
vela por ella y protege benignamente su camino hacia la patria, hasta que
llegue el día glorioso del Señor.
Reflexión Teológica
Al declarar a María Madre de la Iglesia se esta
afirmando una realidad, no es solamente un titulo. Corresponde a una real
maternidad espiritual.
María es Madre Espiritual perfecta de la Iglesia.
1- Porque es madre de Jesús y su mas íntima compañera
en la economía de la salvación. Participó con su Hijo del sacrificio de la
Redención y por él fue proclamada madre no solo de su
discípulo Juan sino de todo el género humano. "Ella continúa desde el
Cielo cumpliendo su función maternal de cooperadora en
el nacimiento y en el desarrollo de la vida divina en cada una de
las almas de los hombres redimidos"
2- Como toda madre humana, María, no se limita a dar
vida sino a alimentar y educar. ¿De qué modo coopera María en el incremento de
los miembros del cuerpo Místico en la vida de la gracia?
-Mediante su incesante intercesión
inspirada por una ardiente caridad. Ella aunque está inmersa en la visión de la
Trinidad
no olvida a sus hijos desterrados-
como ella un día- en la peregrinación de la fe. Mas aún contemplándolos en Dios
y viendo
sus necesidades, en comunión con
Jesús siempre vivo para interceder por nosotros, se hace nuestra Abogada,
Auxiliadora,
Intercesora, Mediadora. (Esto se
sabe desde los primeros siglos: bajo tu amparo)
-Su intervención obtiene de la
mediación de Cristo la propia fuerza y es una prueba luminosa de la fuerza de
Cristo.
Su intercesión es en virtud de
Cristo.
3- María, modelo y ejemplo de virtud. Además de la
intercesión, ella ejerce sobre los hombres redimidos otro influjo: el ejemplo.
Su influjo es real e importantísimo, pues ella ha
vivido perfectamente las virtudes de Cristo. Ella no sólo nos llama sino que su
ejemplo nos mueve y nos anima a vivir una vida de perfección. Así como el Poderoso
hizo grandes cosas en ella, así las puede hacer en nosotros si le permitimos.
Además, conviene tener presente que la eminente
santidad de María, no fue sólo un don singular de la generosidad divina; fue también
el fruto de la continua y generosa correspondencia de su libre voluntad a las
mociones internas del ES.
Por su perfecta armonía entre la gracia divina y la
actividad de su naturaleza humana, la Virgen dio suma gloria a la Stma. Trinidad
y se convirtió en insigne decoro de la Iglesia.
La Santidad de María mueve los fieles a levantar los
ojos hacia ella pues brilla como modelo de virtud ante la comunidad de los
elegidos (LG 65)
4- Virtudes de María que la Iglesia debe imitar
-La fe y la dócil aceptación de la Palabra de Dios
-La obediencia generosa
-La humildad sencilla
-La caridad solicita
-La sabiduría reflexiva
-La piedad hacia Dios pronta al cumplimiento de los
deberes religiosos.
-La gratitud por los bienes recibidos; ofrece en el
templo, en la comunidad apostólica.
-Fortaleza en el destierro y en el dolor.
-La pobreza llevada con dignidad y confianza en el
Señor
-El vigilante cuidado del hijo desde la humildad de la
cuna hasta la ignominia de la cruz.
-Delicadeza provisora
-Pureza virginal
-Fuerte y casto amor esponsal.
Jesús al pie de la cruz, nos da a María, como Madre
espiritual no sólo del creyente pero de toda la comunidad de creyentes que es
la Iglesia. Cuando la Encarnación, María acepta ser la madre del Mesías, o sea
del Salvador, y a la vez, necesariamente madre de los salvados. Ella es la
madre de la Cabeza, y en el orden de la gracia, se convierte también en madre
del cuerpo místico. No se puede concebir a una cabeza sin cuerpo. María da a
luz virginalmente a Jesús en Belén, y María nos da a luz a nosotros
la Iglesia al pie de la Cruz, cuando tiene su otra
anunciación y acepta ser madre de los creyentes. Darnos a luz, conllevó mucho
dolor, no se desgarraron sus entrañas, pero sí su
corazón.
Por todo esto y así como aparece en ésta imagen,
nosotros nos acogemos a la Santísima Virgen María.
Devoción del Santo
Rosario
Promesas
de Nuestra Señora del Rosario, según los escritos del Beato Alano.
1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia
que me pida.
2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los
que devotamente recen mi Rosario.
3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio,
libra de los pecados y abate las herejías.
4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas
consigan la misericordia divina. Sustituye
en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva
a desear las cosas
celestiales y eternas.
5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados
misterios, no se verá oprimido porla desgracia, ni morirá de muerte
desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y,
en todo caso será admitido a la vida eterna.
7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los
Sacramentos.
8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la
luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos
bienaventurados.
9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi
Rosario.
10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos
tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la
corte celestial.
14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi
Unigénito Jesús.
15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de
gloria.
OTRAS
ADVOCACIONES A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARIA
Se
conoce como advocaciones , a las distintas formas de nombrar o referirnos a la
Santísima Virgen. Es común que muchos cristianos, por falta de información o
mejor dicho "formación", confundan esos distintos nombres con
distintas santas o "virgencitas", como suelen llamarle. La Madre de
Jesús es la Virgen María. Y los católicos solemos "apodarla" de
distintas maneras, según el lugar dónde se halla instalada la devoción, o según
la circunstancia, si es una aparición o se la nombra Patrona, etc.
De esta manera, encontraremos que llamamos a María como "Nuestra Señora
del Rosario", Virgen de Lourdes, Virgen de Fátima, Nuestra Señora de la
Paz, Madre de la Eucaristía, La Virgen del Carmen, La Virgen de la Medalla
Milagrosa, y cientos de formas más. Pero siempre nos referimos a nuestra Santa
Mamá del Cielo. ¿Que niño no ha llamado a su madre de cientos de maneras
cariñosas? Es por eso que no debemos confundirla, como si se tratara de
distintas personas o distintas santas.
Así
en nuestro Templo encontramos las siguientes advocaciones: